Noticias del Congreso Internacional del Hígado 2021
En este boletín de infohep destacamos las principales
novedades presentadas en el Congreso Internacional del Hígado 2021, el encuentro anual de la Asociación Europea para el Estudio del Hígado
(EASL, en sus siglas en inglés), que tuvo lugar entre el 23 y 26 de junio.
Las personas con fibrosis hepática avanzada presentan unas respuestas más débiles con las vacunas frente a la COVID-19 El profesor Rifaat Safadi,
interviniendo en una rueda de prensa durante el Congreso Internacional del
Hígado 2021. Entre el grupo de personas con esteatosis hepática no alcohólica (NAFLD, en
sus siglas en inglés), aquellas
que presentaban un grado de fibrosis hepática más avanzado no respondieron tan
bien a la vacuna frente a la COVID-19 de Pfizer-BioNTech, según
los resultados de un estudio presentados en el Congreso Internacional del
Hígado 2021. Estos y otros resultados procedentes de personas receptoras de
trasplantes de hígado plantean la cuestión de si una tercera dosis de refuerzo
podría mejorar su respuesta inmunitaria.
Estudios anteriores habían demostrado que las personas con enfermedades
hepáticas (incluyendo cirrosis avanzada o enfermedad hepática alcohólica) eran más
propensas a desarrollar un cuadro grave de COVID-19 y a morir por esta causa. Los
hallazgos de otro estudio revelaron que la enfermedad
del hígado graso (esteatosis hepática) puede ayudar a explicar por qué
las personas obesas presentan una mayor probabilidad de desarrollar un caso
grave de COVID-19.
El profesor Rifaat Safadi, del Centro Médico Universitario Hadassah (Jerusalén,
Israel), junto a un equipo de colaboradores, analizó las respuestas generadas
por la vacuna en dos cohortes de personas. La primera estaba compuesta por 511
personas vacunadas y se disponía de resultados de análisis de sangre para
calcular las puntuaciones en la escala FIB-4. En esta cohorte, diez personas no
desarrollaron respuestas de anticuerpos adecuadas tras la vacunación. Las
respuestas fuertes de anticuerpos fueron menos frecuentes en aquellas personas
con una puntuación FIB-4 superior a 2.
La segunda cohorte consistió en 140 personas con esteatosis hepática no
alcohólica que se sometieron a biopsias del hígado. Las personas con un grado
más avanzado de fibrosis no respondieron tan bien a la vacunación, afirmó
Safadi. Entre las personas con fibrosis leve (estadio F1), el 39% presentó una
respuesta excelente, mientras que el 28% tuvo una respuesta más débil. Sin
embargo, entre las personas con fibrosis avanzada (estadio F3), solamente el
14% generó una respuesta excelente y el 17% una respuesta más débil. En el caso
de los pacientes con cirrosis (estadio F4), las cifras correspondientes fueron
del 8% y el 23%, de forma respectiva.
"Tener una mayor edad y un estado avanzado de fibrosis con esteatosis
reducida constituyen factores de riesgo de que la persona genere una peor
respuesta con la vacuna BNT162b2 de Pfizer", concluyó el equipo de
investigadores, que insta a que "en futuros ensayos se evalúe el uso de
una tercera dosis de refuerzo de la vacuna en esas poblaciones con factores de
riesgo".
Las respuestas a la vacuna frente a la COVID-19 son más débiles en personas que han recibido un trasplante de hígado Olena Yakobchuk/Shutterstock.com
Las personas receptoras de un trasplante de hígado en Israel fueron menos
propensas a haber generado anticuerpos tras una segunda dosis de la vacuna de
Pfizer frente al SARS-CoV-2, en comparación con un grupo de voluntarios sanos, según un artículo publicado por especialistas en trasplantes del Centro
Médico Sourasky de Tel Aviv (Israel) en Journal
of Hepatology.
Estos resultados reflejan los datos comentados por un especialista en trasplantes israelí de Jerusalén durante una reciente rueda
de prensa en el Congreso Internacional del Hígado (véase el artículo anterior). El profesor Rifaat Safadi informó de que el 41% de un grupo de 90
receptores de trasplantes de hígado no produjo una respuesta adecuada de
anticuerpos tras una segunda dosis de la vacuna de Pfizer.
La doctora Liane Rabinowich, junto a un equipo de colaboradores,
analizó las respuestas de anticuerpos de 80 personas que habían recibido un
trasplante de hígado en el Centro Médico Sourasky y que, en ese momento,
recibían atención ambulatoria a través de la clínica. Las personas se habían
sometido a un trasplante de hígado una mediana de cinco años antes de la
vacunación y tenían una edad promedio de 60 años.
Los autores compararon las respuestas generadas por la
vacuna en las personas trasplantadas con las de 25 personas voluntarias sanas
que también recibieron la vacuna de Pfizer. Todas las personas del grupo de
control mostraron niveles protectores de anticuerpos tras la vacunación, pero
42 de las 80 personas receptoras de trasplantes no generaron unas respuestas
positivas de anticuerpos. Además, las 38 personas trasplantadas que tuvieron
respuestas positivas de anticuerpos a la vacunación presentaron unos títulos de
anticuerpos significativamente inferiores a los del grupo de control.
El análisis multivariable reflejó que la respuesta
negativa de anticuerpos a la vacunación estuvo asociada a tener una mayor edad,
al uso de altas dosis de prednisona en el año anterior, al tratamiento con
micofenolato mofetil o al tratamiento inmunosupresor triple. Las personas con una
mejor función renal tendieron a presentar un menor riesgo de respuesta negativa
de anticuerpos.
Tener una cirrosis avanzada o un trastorno por consumo de alcohol son factores que aumentaron el riesgo de muerte por COVID-19 en Francia Imagen:
Francisco Àvia. Creative Commons licence.
Las personas que presentan un estado avanzado de cirrosis o un trastorno
por consumo de alcohol tuvieron una probabilidad significativamente mayor de
fallecer debido a la COVID-19 en Francia durante 2020, en comparación con el resto de la población, según ha revelado un estudio
de la base de datos hospitalaria nacional francesa.
Los hallazgos, presentados en la conferencia por el doctor
Vincent Mallet, del Hospital Cochin de París (Francia), y publicados en Journal of Hepatology, evidenciaron que las personas con enfermedades hepáticas avanzadas corrieron
un mayor riesgo de muerte. Sin embargo, este no fue así en el caso de las
personas con enfermedades hepáticas menos avanzadas o las receptoras de un
trasplante.
No obstante, el equipo de investigadores de Francia afirma
que sus resultados se pueden explicar por las decisiones de triaje, descritas
por el doctor Mallet como "limitaciones del esfuerzo terapéutico", que
hicieron que los escasos dispositivos disponibles de ventilación mecánica se
asignaran a aquellas personas que parecieran tener un mejor pronóstico. El
estudio reveló que las personas con cirrosis descompensada, trastornos por
consumo de alcohol o cáncer de hígado primario hospitalizadas por COVID-19 tenían
un mayor riesgo de morir, pero fue menos probable que recibieran ventilación mecánica.
Bulevirtida parece resultar seguro y eficaz frente a la hepatitis D Heiner
Wedemeyer, en el Congreso Internacional del Hígado 2021. El uso de bulevirtida (Hepcludex,
un fármaco de la familia de los inhibidores de la entrada) consiguió suprimir
la carga viral del virus de la hepatitis delta y mejoró los niveles de enzimas
hepáticas en un ensayo clínico de fase 3, según ha concluido un estudio de última hora presentados en la
conferencia.
El virus de la hepatitis delta (VHD) es un virus
defectuoso que solo puede replicarse en presencia del virus de la hepatitis B
(VHB). A lo largo de años o décadas, la hepatitis B crónica puede provocar una
enfermedad hepática avanzada que se puede traducir en cirrosis y cáncer de
hígado. Las personas coinfectadas por VHB y VHD experimentan una progresión más
agresiva de la enfermedad hepática, en comparación con que las que solamente
tienen el VHB. Se calcula que 12 millones de personas en todo el mundo están
coinfectadas por estos dos virus hepáticos.
El estudio MYR301 contó con la participación de 150 personas
adultas con hepatitis crónica delta en Europa, Rusia y EE UU, que fueron
distribuidas de forma aleatoria para recibir de forma inmediata un tratamiento
mediante inyecciones subcutáneas diarias de 2mg o 10mg de bulevirtida o bien
para posponer el tratamiento. Las personas participantes también podían
utilizar antivirales para la hepatitis B. El criterio de medición principal del
ensayo era la eficacia y la seguridad a las 48 semanas.
Los resultados provisionales revelaron que, tras 24
semanas de tratamiento, el 55% de las personas incluidas en el brazo de bulevirtida
de 2mg y el 68% de las del brazo de 10mg alcanzaron una carga viral del VHD
indetectable o experimentaron una disminución de al menos 2logs en los niveles
de ARN del VHD con respecto al valor basal, en comparación con solamente el 4%
del brazo de tratamiento diferido. Sin embargo, la magnitud del descenso de la
carga viral fue similar en ambos brazos de bulevirtida.
La normalización de los niveles de la enzima ALT fue más
frecuente en el brazo de 2mg en comparación con los grupos de 10mg o de
tratamiento diferido (53%, 38% y 6%, de forma respectiva). El criterio de medición
primario combinado de respuesta virológica y bioquímica fue alcanzado por el
37% y el 28% de las personas en los brazos de 2mg y 10mg de bulevirtida (de
forma respectiva), frente a ninguna persona en el grupo que pospuso el
tratamiento.
El apoyo entre pares aumentó las tasas de aceptación y cumplimiento del tratamiento de la hepatitis C en Inglaterra Domizia Salusest | www.domiziasalusest.com
El apoyo entre pares incrementó las tasas de inicio y cumplimiento del
tratamiento de la hepatitis C en Inglaterra entre 2017 y 2020, según las
conclusiones de la evaluación realizada a un programa nacional de apoyo entre
pares dirigido por Hepatitis C Trust. También
aumentó la probabilidad de que las personas que empezaban el tratamiento lo
hicieran en un servicio de atención y seguimiento a las drogodependencias, lo
que subraya el valor que tiene el hecho de ofrecer la realización del
tratamiento de la hepatitis C en entornos no clínicos.
El apoyo entre pares con experiencia propia en el tratamiento
de la hepatitis C puede fomentar que otras personas accedan a la terapia,
especialmente aquellas que pertenecen a grupos en situación de marginalidad,
como las personas usuarias de drogas inyectables, las privadas de libertad y las
migrantes.
Los programas de apoyo entre pares han demostrado tener
un impacto positivo en la aceptación de los servicios de salud mental, VIH y
cáncer, pero los estudios realizados con anterioridad sobre su impacto en la
eliminación de la hepatitis C no habían sido concluyentes.
Los esfuerzos de eliminación de la hepatitis C en
Inglaterra han incluido la implementación de un programa nacional de apoyo
entre pares, que ha sido financiado en parte por las empresas farmacéuticas
AbbVie, Gilead y Merck como parte del acuerdo de adquisición competitiva de
antivirales de acción directa firmado entre el Servicio Nacional de Salud (NHS,
en sus siglas en inglés) y los fabricantes de dichos fármacos.
Al comparar los resultados entre las regiones que
establecieron programas de apoyo entre pares y las que lo hicieron más tarde o
no lo hicieron, se observó que dicha intervención aumentaba las probabilidades
de que las personas iniciaran y completaran el tratamiento. Tras dos meses de la
mencionada intervención, también se produjo un aumento significativo de las
derivaciones para recibir el tratamiento desde los servicios de atención y seguimiento
a las drogodependencias y también de la probabilidad de que las personas que
iniciaban el tratamiento lo hicieran en uno de dichos servicios.
"Creemos que las intervenciones con pares son
eficaces para implicar a los grupos de riesgo y que podrían acelerar la
consecución de los objetivos de eliminación [de la hepatitis C]", concluyó
Davina Jugnarain, del Centro de Salud Hepática Barts.
El análisis ‘reflejo’ se muestra eficaz para detectar casos ocultos de hepatitis C en Escocia Belova59/Pixabay
La realización automática de pruebas de hepatitis víricas en muestras de
sangre de pacientes con una función hepática anómala ofrece una buena
posibilidad de identificar a personas que resultan "difíciles de
alcanzar" con hepatitis B o C que no presentan factores de riesgo
conocidos, según las conclusiones del análisis de los
resultados de las pruebas diagnósticas en la región escocesa de Tayside.
El procedimiento es un ejemplo de análisis ‘reflejo’, en
el que las muestras de sangre se someten automáticamente a otras pruebas en
caso de que haya un positivo para una enfermedad concreta o si presentan
valores por encima de un determinado umbral.
Los resultados del estudio fueron presentados en la
conferencia por el doctor Callum Livingstone, recién licenciado en la Facultad
de Medicina de la Universidad de Dundee (Escocia, Reino Unido).
En Tayside, cualquier valor de los niveles de la enzima hepática
ALT de un paciente que supere el umbral de 30 da pie a que el laboratorio
regional realice un análisis reflejo de la muestra para detectar un posible
caso de hepatitis B o C. El algoritmo de la Prueba Inteligente de la Función Hepática
(iLFT, en sus siglas en inglés) aprovecha los datos de las pruebas de
laboratorio y el índice de masa corporal (IMC) de la persona (junto con otros
datos de su historial médico) para proponer un diagnóstico al profesional
sanitario que pidió los análisis de sangre al paciente.
A lo largo del periodo del estudio, se remitieron 6.791
pacientes para que se les realizara el iLFT, de los cuales 49 dieron positivo
en la prueba de anticuerpos de la hepatitis C. De estas personas, veintinueve presentaban
niveles detectables de ARN del virus de la hepatitis C y se les ofreció la
posibilidad de recibir tratamiento.
Los casos detectados resultaban atípicos respecto de los
casos de hepatitis observados habitualmente en Escocia. Así, mientras que la
mayoría de las personas diagnosticadas de hepatitis C en Escocia tienen entre
30 y 39 años, el promedio de edad de las personas diagnosticadas mediante el
sistema de cribado iLFT fue de 53 años. Por otro lado, mientras que la mayoría
de las personas diagnosticadas de hepatitis C en Escocia cuentan con un
historial de uso de drogas inyectables, el 75% de las personas diagnosticadas
gracias al iLFT dijeron que nunca habían usado drogas inyectables.
Por último, a pesar de que la mitad de las personas
diagnosticadas de hepatitis C viven en los barrios más desfavorecidos de
Escocia, ese fue el caso de menos del 15% de los diagnosticados gracias al
iLFT.
"El algoritmo iLFT permite identificar casos donde
no se observan factores de riesgo manifiestos: personas que no son usuarias de
drogas inyectables, que son de mayor edad y que viven en zonas más
acomodadas", afirmó el doctor Livingstone.
La inmunoterapia junto a la quimioterapia por infusión arterial parece un tratamiento prometedor en casos de cáncer hepático avanzado La profesora
Li Xu, en su intervención en el Congreso Internacional del Hígado 2021. Un fármaco
experimental de la familia de los inhibidores de puntos de control inmunitario
junto a una quimioterapia administrada directamente en la arteria hepática del
hígado proporcionó buenos resultados en personas que presentaban un carcinoma
hepatocelular localmente avanzado, el tipo más
común de cáncer de hígado, según se afirmó en la conferencia.
Este tratamiento "ofrece una opción de curar el carcinoma
hepatocelular avanzado", afirmó la profesora Li Xu, del Centro Oncológico
de la Universidad Sun Yat-sen en Guangzhou (China), en el curso de una rueda de
prensa en la conferencia. La profesora añadió que los resultados de este grupo
de personas con cáncer de hígado avanzado fueron "casi iguales" a los
observados en otros estudios en personas con carcinoma hepatocelular en una
fase inicial o media.
Los participantes recibieron un esquema de tratamiento
FOLFOX de quimioterapia vía infusión arterial hepática (HAIC, en sus siglas en
inglés), acompañado por infusiones intravenosas de sintilimab cada tres
semanas. Se realizó la evaluación de las personas después de dos ciclos y, en
caso de observar una reducción de los tumores, se valoraba la posibilidad de una
intervención quirúrgica. Las que se sometieron a la cirugía siguieron
recibiendo sintilimab cada tres semanas hasta que experimentaron una progresión
de la enfermedad o una toxicidad inaceptable o completaron 16 ciclos de
tratamiento. Las personas que fueron elegibles para la cirugía recibieron otros
dos ciclos de tratamiento con la quimioterapia más sintilimab y fueron
reevaluadas.
Trece personas experimentaron una reducción parcial del
tumor, con una tasa de respuesta global del 44,8%. Otras once personas
mantuvieron estable la enfermedad, lo que supuso una tasa de control de la
enfermedad del 82,7%.
Veintiuna de las 29 personas tratadas (72,4%) resultaron
elegibles para la intervención quirúrgica, la mayoría después de los dos
primeros ciclos de tratamiento. De ellas, 19 se sometieron a una hepatectomía
(extirpación de una porción del hígado) y dos recibieron ablación por
radiofrecuencia (una intervención que emplea ondas de radio para destruir los
tumores). Cuatro pacientes obtuvieron una respuesta patológica completa o una
remisión total.
De todas las personas tratadas, la mediana de tiempo de
supervivencia sin progresión fue de 15,7 meses y la tasa a los 12 meses (es
decir, personas que seguían vivas y sin experimentar una progresión de la
enfermedad) fue del 57,9%. La mediana de tiempo de supervivencia sin progresión
fue de apenas 5,5 meses en el caso de las personas que no se sometieron a cirugía,
pero no pudo determinarse en el grupo sometido a cirugía debido a que la
mayoría aún estaba respondiendo (y este valor solo puede calcularse una vez
finalizado el tratamiento). La tasa conjunta de supervivencia a los 12 meses
fue del 82,3%.
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